¿Eres de los que prefieren quedarse en el sofá un viernes por la noche con Netflix y un cuenco de palomitas más grande que tú antes que salir de juerga? Estás de suerte. La pantalla, grande o pequeña, te aporta muchos más beneficios de los que crees.
La ficción mejora tu realidad. Como Renée Zellweger a Tom Cruise en Jerry Maguire, el cine y las series te completan. Cuando hacemos deporte no sólo nos estamos poniendo en forma o ejercitando nuestro cuerpo para mantener el peso adecuado, sino que también protegemos nuestra salud reduciendo el riesgo de enfermedades cardiacas, fortalecemos nuestros huesos y nuestros músculos, tenemos más resistencia, menos estrés, mejor sueño, liberamos endorfinas, hormonas de la felicidad que mejoran nuestro ánimo y nos proporcionan sensación de juventud y bienestar…Pues igual con el cine y las series. Son mucho más que entretenimiento y provocan diversas consecuencias más allá de la apariencia.
1. Consigues desconectar de todo. El cine, que engloba todas las artes en una sola, posee un impacto multidimensional del que difícilmente puedes sustraerte. De hecho incluso el propio ambiente de sala, con las luces apagadas, el proyector encendido y la música proveniente de todas las direcciones, contribuye a que te metas de lleno en la experiencia sin distracciones. En este sentido, ver una película nos revitaliza, supone un buen rato de relajación, desconexión y descanso mental.
2. Disfrutas como un niño pequeño. Al cine se va a pasarlo bien y pasarlo bien es más importante de lo que crees. Un reciente estudio sobre el impacto de la cultura y el ocio en la felicidad ha demostrado que actividades como ir al teatro o al cine, disfrutar de un concierto, o vivir un espectáculo deportivo en directo son muy importantes en nuestra percepción del bienestar. Liberas serotonina y dopamina, hormonas que regulan las emociones, el apetito y el estado de ánimo, claves para combatir problemas como la depresión y las adicciones. Cuando somos felices, trabajamos mejor en equipo, somos más exitosos, productivos y creativos, y en general mejora nuestro rendimiento y nuestra salud.
3. Te permite vivir otras vidas. Percibimos las historias no como una ficción, sino como una segunda realidad, una viva, fuerte y emocionalmente dramática que acabamos asimilando como una experiencia vivida. Al igual que en La rosa púrpura de El Cairo, el espectador cruza el espacio que le separa de la pantalla y, con su imaginación, entra en el mundo de la ficción y experimenta en sí las emociones que viven los personajes: se alegra, se entristece o se enamora con el protagonista, apropiándose de sus inquietudes e ideales. El cine no nos vuelve más compasivos, más bondadosos, más justos o más tolerantes, pero sí más humanos, más sensibles a unas realidades distantes que la pantalla nos hace sentir como próximas a nuestro entorno cotidiano. No altera nuestra personalidad, pero sí altera nuestra visión del mundo porque nos abre a una puerta para viajar a mil mundos a los que no tendríamos acceso de otra forma.
4. Te enseña y es un profesor cojonudo. El cine es el arte social de nuestro tiempo, no sólo por su polivalencia, sino también por el interés y aceptación que suscita en cualquier parte del planeta y en personas de cualquier edad o condición. Es un reflejo de nuestra época y cultura, una muestra donde observar, analizar y comprender nuestra sociedad, reflejando al mismo tiempo lo particular y lo general. Admitámoslo, no tendríamos ni idea de muchos acontecimientos históricos si no fuera por algunas ficciones. Sean más rigurosas históricamente o no, más de nuestro gusto o no, El pianista o La lista de Schindler nos ayudan a evocar el ambiente del nazismo o Las trece rosas y El laberinto del Fauno el de la guerra civil española.
5. Saca a flote tus emociones. No importa si es El diario de Noa, Psicosis, Shrek, Memorias de África o Jungla de Cristal. Sea cual sea la catarsis que te provoque, será beneficiosa. Si te hace reír, porque aumenta tu creatividad, fortalece tu salud y mejora el estado de ánimo. Si lloras, porque liberas toxinas acumuladas por estrés y hormonas que alivian el dolor y te acortan el duelo. Incluso al ver películas de acción, aventuras o terror, te enfrentas a tus propios miedos. ¡Ojo! Según un estudio, ver 90 minutos de terror puede ayudarte a quemar 113 calorías. ¡Encima te ahorras pagar el gimnasio!
6. Desarrolla tu inteligencia. La ficción nos despierta pensamientos, valoraciones y cambios de actitud que no solo nos hacen más empáticos, reflexivos y críticos, sino que nos ayuda a ganar en perspectiva e imaginación, potenciando nuestra creatividad. Las series de crímenes y misterios son perfectas para el cerebro, ya que desarrollas la memoria y la atención. Además, al ver una película o serie, desarrollas al mismo tiempo tus siete inteligencias; la lógico-matemática (el argumento), la lingüística (diálogos), la visual-espacial (imágenes, colores, símbolos), la musical (sonidos y música), la interpersonal (cuentos), la cinético-corporal (movimiento), y la intrapersonal (orientación interna).
7. Potencia tu socialización. Es una excusa para salir y hacer planes. Quedar con tus amigos para ir al cine y discutir el veredicto entre cervezas, ver una serie con tu pareja y establecer así el punto de vuestra relación, incluso quedar con alguien para ver una película que nunca verás… El valor social y afectivo que envuelve a la ficción mejorará y fortalecerá tus relaciones personales.
8. Mejora tu habilidad con los idiomas. Las películas o series en versión original y con subtítulos en su idioma natal son una alternativa a los libros de texto, una forma de aprender cómoda, barata y eficaz que te hará mejorar tu pronunciación en el idioma que deseas aprender. ¿Sabías que la voz de un actor determina más del 70% de la credibilidad de una escena? Al escucharlo así apreciarás matices de una calidad insospechada.
9. Te ayuda a conocerte a ti mismo. El cine ha sido siempre una “fábrica de sueños” en los que nos proyectamos y tratamos de configurar nuestras identidades. Es un punto de referencia en el que buscarnos y encontrarnos a nosotros mismos. Invita a la autorreflexión, pues nos lleva a ser más autocríticos y a replantearnos actitudes adquiridas y convencionalismos.
10. Te hace querer ser mejor. A veces no hay mejor chute de motivación para sentirse orgullosos de pertenecer al género humano que discursos como el de Russell Crowe en Gladiator o la charla de Mufasa a Simba en El Rey León. Presenciar la grandeza de personajes cuyas fortalezas psicológicas nos asombran o conmueven, nos inspira a parecernos a ellos, a ser mejores e incluso a dar pasos para desbloquearnos y cambiar nuestras vidas. Una escena épica que combine un poderoso guion, un buen personaje y una buena banda sonora puede darnos la energía suficiente para afrontar un nuevo día y cumplir un nuevo objetivo.
Como dijo Fellini, “Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador.” La “cineterapia” y la “serieterapia” son la medicina del siglo XXI. No te quedes sin tu dosis.
Ana Lucas
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