Kyle Reese, año 2017, la fiebre nostálgica continúa esparciéndose en Hollywood, controlada por los Illuminati el capitalismo provocando la necesidad humana del consumismo. La última en caer ha sido El Mago de Oz, el presupuesto parece limitado, solicito refuerzos, alerta máxima.
La historia de El Mago de Oz la conocemos, que si Dorothy, que si el Espantapájaros, que si el primo de C-3PO ¿Os la imagináis en serie?
Claro que sí, es «la única» que faltaba.
Que una serie, de fantasía, nos permita ver el Parc Güell de Barcelona a pelo sin edición, tiene mérito, o mucho morro según se mire, lo mismo con El Real Alcázar de Sevilla, que ya lo vimos en Juego de Tronos, escenarios locamente distintos. Si ya nos parecían raras las indumentarias en Las Crónicas de Shannara, esto del Parc Güell ahí en medio, encaja todavía menos, pero es curioso de ver, dejémoslo ahí.
Emerald City me ha recordado en parte a Las Crónicas de Shannara, por los contrastes entre la ambientación en un mundo de fantasía, y mucho más a Once Upon A Time, por todo lo demás, por la calidad de escenas, efectos especiales, ritmo de la historia, vaya, prácticamente todo.
No quiero hablar demasiado mal de ella por que en realidad es entretenida y para los que son fans del género y en especial de El Mago de Oz, es una buena opción para disfrutar relajadamente en el sofá.
Seguir viéndola o no, esa es la cuestión. Por el momento voy a darle una oportunidad.
Si no os recordabais, ahora lo desearéis con locura, toito to de El Mago de Oz, y no me refiero a la banda, que también.
Angel Lorente Graciano
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