Homeland, esa obra maestra tan irregular como exquisita. Repleta de premios y cada vez más en el olvido de un público masivo al que ha terminado por colmar la paciencia. Muchos se quedaron en la desconcertante y en parte aburrida tercera temporada, tirando la toalla antes de tiempo y perdiéndose muchos de los mejores momentos de toda la serie en sus siguiente temporadas. Me vais a decir que la cuarta temporada, no tuvo persecuciones y momentos dramáticos llenos de intensidad y emoción, o que la quinta temporada en Berlín fue una chufa (¡La mejor de todas! Palabra de honor). Venga hombre, va. Desde sus glorioso inicios hemos visto unas temporadas mejores que otras, está claro, pero ni mucho menos ha dejado de ser la gran Homeland. Parte de la tercera temporada fue un coñazo, es cierto, pero fue necesaria para cerrar una trama que se hacía pesada, ver al pelirrojo se hacía cansino sin duda. Pero fue por un bien mayor. Cerrar esa trama dió posibilidad a hacer cosas nuevas, casos nuevos por temporada para el disfrute de todos los que la seguimos hasta el día de hoy. La sexta temporada ha comenzado con una gran cagada por parte de los creadores, se fiaron de las encuestas en las elecciones, las cuales en su día eran muy favorables a Hillary Clinton, pero que como ya cansimente sabéis todos, el temido Trump sacudió al planeta con su sorprendente victoria. El pronóstico no fue acertado para el equipo de Homeland y estamos viendo a una aberración en el espacio-tiempo una «Hillary Clinton» en la trama principal como presidenta electa. Es confuso y curioso al mismo tiempo, no lo niego, pero desafortunadamente para ellos, Homeland pierde credibilidad esta temporada, una serie que siempre ha buscado introducir temas de actualidad en su trama. Lo bueno de la temporada se ha hecho de rogar un poquito, como de costumbre, esta vez hemos tenido que esperar al capítulo 5 para que viéramos a la Homeland que más nos gusta. Un capítulo 5 donde hemos visto al mejor o peor Peter Quinn, según se mire, lo que si ha conseguido es dejarnos sin respiración, que tensión por Dios. Capítulo 5, o más bien, «Cómo liarla parda en un momento para Dummies«. Tras el impactante y previsible final del anterior capítulo, con la explosión en el centro de Nueva York, la prensa se hizo eco de la noticia y relacionaba a Carrie Mathisson con lo ocurrido. Y aquí empieza lo bueno. Para mala suerte de Peter Quinn, que hacía de nanny de la hija de Carrie en el momento en el que la prensa acecha la casa, se encuentra con todo el marrón, agobiándole y alterándolo de mala manera, nada bueno para su estado mental actual. Y pasa lo que pasa. Peter Quinn empieza a liarla parda pardísima en el momento en el que empuja a la periodista. Peter se pasa de la raya, sí, pero para mi, ha actuado al mismo nivel que todos estos periodistas. Si te dan primero, golpea aún más fuerte. Pero claro, que estos ciertos periodistas hagan su trabajo de esa manera, es normal, está bien visto por la estúpida sociedad, claro, claro… Vale, quizás me esté yendo por las ramas, cierto es que justo la que ha recibido tal vez no sea la peor de todas, ni se merezca una caída con centrifugado incluído, pero me da la sensación que para ser un periodista de este tipo hay que ser psicópata. Conseguir la noticia sea como sea. Y no quiero generalizar, que no todos son psicópatas ni mucho menos.
Ya el colmo ocurre con el subnormal que le tira la piedra por la ventana. Que Peter le haya pegado como respuesta un balazo en el brazo me parece poco, si fuera por mi le cortaba las manos, a ver si tiraba piedras una segunda vez. Eso si, en el fondo de mi cabeza gritaba: «No, no, no, no lo hagas, noooo!!». Y pum, va y lo hace. Todo se va de madre y la gente, alimentada por la prensa, comienza a considerar a Peter Quinn un terrorista y culpable de estar directamente relacionado con la explosión. Hasta a la policía también se le va de las manos considerando que Peter está reteniendo a la nanny y a la hija de Carrie. Pobre Peter. A todo esto, quiero alabar a los guionistas por este capitulazo, por el momentazo de ida de olla de Peter Quinn, por que nos han regalado uno de los mejores momentos seriéfilos del año. El corazón a mil. Esto es Homeland.
Dónde ver Homeland
Angel Lorente Graciano
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- Homeland sigue molando y Peter Quinn más - 21 febrero, 2017