Jessica Jones apareció en el universo Marvel en el año 2001 como la protagonista de Alias, cómic que inauguró la línea adulta Marvel Max. Aparte de aprovechar dicha etiqueta para incluir contenido con fuerte componente de violencia, escenas sexuales y lenguaje «adulto», nos presentaba una faceta no demasiado explorada del mundo de los superpoderes: alguien que había intentado ser superhéroe, consideraba que había fracasado y trataba de ganarse la vida con un trabajo más normal, en este caso detective privado. Las historias eran muy del estilo del cine negro moderno, pero con el universo Marvel de fondo. Es uno de los cómics favoritos del que suscribe, así que aviso de que esta crítica posiblemente no sea muy imparcial.
Últimamente hay cierta polémica por el aparente rechazo de Hollywood a hacer películas de superhéroes con protagonistas femeninas. En esto como en tantas otras cosas, la televisión le está leyendo la cartilla al cine: después de la fantástica Agent Carter y la cada vez más disfrutable Supergirl, hace poco nos ha llegado la adaptación del cómic Alias y el personaje Jessica Jones, en forma de la segunda serie creada a medias por Marvel Studios y Netflix (y afortunadamente, esta vez sí hemos podido disfrutarla a través de dicho servicio al igual que el resto del mundo civilizado). Lógicamente la serie no se podía llamar Alias para evitar confusiones con aquella de JJ Abrams y Jennifer Garner, así que la han bautizado con el nombre de la protagonista. Escoger un personaje tan relativamente poco conocido ha sido una decisión muy valiente por parte de ambos estudios. La encargada de poner en marcha el proyecto ha sido Melissa Rosenberg, que sabe bastante de heroínas de cómic (Birds of Prey) y antihéroes diferentes (Dexter).
La actriz que da vida a Jessica es Krysten Ritter, que conocemos de Breaking Bad o Veronica Mars. De entrada me parecía una elección un tanto extraña, pero disipó todas mis dudas a los pocos minutos. Jessica es un personaje muy complejo, con una coraza emocional que la hace parecer casi antipática, pero que esconde un pasado muy doloroso, y una cierta impulsividad que a veces le lleva a tomar decisiones muy cuestionables. Krsyten hace una magnífica creación para mostrarnos esa mezcla de dureza y fragilidad. Rachael Taylor, la rubia boba de Transformers, nos ha encandilado como Trish Walker, la amiga de adolescencia de Jessica, siempre dispuesta a ayudarla que a pesar de que la vida les ha llevado por unos caminos muy diferentes. Carrie Anne-Moss, la recordadísima Trinity de Matrix, es aquí la abogada de éxito Jeri Hogarth, acostumbrada a jugar con apuestas muy altas y a no detenerse ante nada para conseguir sus objetivos. No podemos olvidar la imponente presencia de Mike Colter como Luke Cage, que de manera similar a Jessica trata de llevar una vida normal a pesar de sus superpoderes, y que se verá unido a ella por un destino irremediablemente trágico. Y sobre todo, una vez más nos postramos ante el derroche de talento que Marvel y Netflix han dedicado al villano de la historia. Si Daredevil nos dio un Wilson Fisk humano, frágil y peligroso como un animal acorralado, en Jessica Jones le da la vuelta a la imagen de David Tennant (Doctor Who, por supuesto) para dar vida a Kilgrave, cuya habilidad de control mental le permite obligar a la gente a hacer lo que él quiera, y usa esta habilidad con el egoísmo y la crueldad con la que un niño caprichoso juega con insectos. Tennant no sólo crea una presencia terrorífica, y nos convence de la amenaza constante incluso cuando no está en pantalla; sino que además consigue la tremenda proeza de, por momentos, hacernos comprender y empatizar con alguien tan despreciable.
Aunque el nivel de explicitud de la serie no es tan, ejem, maduro como el del cómic, Jessica Jones no tiene tapujos a la hora de mostrarnos las terribles consecuencias de la habilidad de Kilgrave. Constantemente le están pasando cosas terribles, tanto a los protagonistas, como a los inocentes que tienen la mala suerte de cruzarse con él. Y además, parece decidida a dinamitar las convenciones de lo políticamente correcto: tenemos una víctima de violación deseando abortar con todas sus fuerzas, un matrimonio destruido por una infidelidad con alguien más joven… todo entre mujeres, un joven en situación de abuso emocional constante por parte de su hermana melliza, y un fin de la historia que, digámoslo así, aplica un código moral bastante diferente de lo habitual en el género. La forma de pelear de Jessica, que utiliza su superfuerza con la falta de técnica de alguien habituado a las luchas de bares, supone una variación muy marcada frente a las coreografías espectaculares de Daredevil. Además de todo, el contenido sexual está un tanto más presente que lo que nos tiene acostumbradas las películas y series de superhéroes. Toda novedad es bienvenida. 🙂
Por supuesto, Nueva York en general y Hell’s Kitchen en particular tienen una enorme presencia en la serie, si bien la fotografía no es tan constantemente oscura y monocroma como en Daredevil. También aporta muchísimo la banda sonora, obra de Sean Callery (compositor que ha trabajado en 24, Homeland o Bones), una mezcla de jazz y guitarras eléctricas que nos lleva entre los clásicos del cine negro y las últimas películas de acción marvelita. Hablando del universo Marvel, la serie no tiene referencias constantes pero sí nos recuerda de vez en cuando que se desarrolla en el mismo universo que Los Vengadores; y para regocijo de los fans, uno de los personajes de la serie anterior tiene una jugosa aparición hacia el final de la temporada.
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Escrito por Mario Villar
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La verdad es que por cuestiones de tiempo, aun no la había podido ver, aunque le tenía muchas ganas, ayer aprovechando el puente me puse a ello, y ya os digo, que hasta que no vea todos los capítulos, no me voy a dormir, es genial en casi todos sus aspectos. Guion excelente muy acorde con la estética de la serie, interpretaciones fabulosas, en especial Carrie Anne-Moss, no me había leído el casting, y me ha costado unos segundos reconocer a Trinity. La protagonista, la verdad, lo poco que había visto de ella como en Veronica Mars o en alguna comedia romántica, no hacían de esperar tan buena interpretación. Coincido completamente con Mario en este aspecto, de hecho, coincido con toda la crítica de la serie…bueno, quizás a lo de los chicos sexys un 9 le va algo más, jajaja, que aunque Tennant no es Ecclestone, es majete, aunque yo me quedo con el personaje de Luke Cage.