Powers es una nueva serie de superhéroes, basada en un cómic editado por Image y escrito por Brian Michael Bendis (guionista conocido sobre todo por sus trabajos para Marvel); en Estados Unidos se da la original circunstancia de que no se emite en una cadena de televisión ni un servicio online de los típicos, sino en Playstation Network; de momento las consolas Sony de otros países no tienen acceso, pero en España eso no es problema porque Movistar Series la está emitiendo, con tan sólo un día de diferencia respecto de su publicación norteamericana.
El cómic nos presenta un mundo en el que los superhéroes y supervillanos tienen presencia habitual y cotidiana; pero no adopta el punto de vista de uno de ellos, sino el de una comisaría de policía especializada en crímenes relacionados con «poderes» (así llaman a la gente con habilidades sobrehumanas, en un alarde de esa economía verbal tan propia del idioma inglés). Mostrar a los superhéroes desde el punto de vista de los humanos normales no es lo más original del mundo (de hecho es uno de los recursos a los que Bendis acude casi siempre en sus obras más conocidas), pero a eso añade un aspecto estético muy personal, esquematizado y colorista, que contrasta poderosamente con la sordidez de las historias. Porque otro elemento diferenciador de Powers es que se instala firmemente en el campo de los cómics para adultos: la omnipresencia del sexo, la violencia explícita y el lenguaje soez lo separa muchísimo de los cómics de superhéroes de las dos grandes, autolimitados por su afán de llegar al público más joven.
La adaptación, aunque no cuente las historias en el mismo orden que el cómic, y muchos personajes cambien de edad, raza o lugar en la sociedad, respeta fielmente tanto la estética, como ese tono adulto tan especial, como el espíritu de Powers; y debo decir que es muy satisfactoria. Bendis es productor ejecutivo de la serie y se nota que vigila de cerca cómo tratan a su «niño». Uno podría esperar que una serie de difusión en una plataforma de alcance relativamente limitado como es PSN tendría un presupuesto muy justo, pero parecen haber tirado la casa por la ventana tanto en cuanto a efectos y valores de producción, como en cuanto a nombres. El director del piloto es David Slade, responsable de esa magnífica joya desconocida del cine que es Hard Candy, y que ha prestado su talento visual a producciones televisivas tan potentes como Awake y Hannibal. Entre los protagonistas vemos a Sharlto Copley, actor fetiche de Neil Blomkamp con quien ha protagonizado Distrito 9; Noah Taylor, que reconoceréis de Juego de Tronos o Al Filo del Mañana; Eddie Izzard, actor capaz de moverse entre la comedia alocada y el drama más intenso, cuya referencia más cercana también es Hannibal; y nuestra idolatrada Michelle Forbes, que añade una frikifranquicia más a su espectacular currículo (Star Trek, Galactica, True Blood, Perdidos, 24).
Resulta especialmente de agradecer que no hayan hecho una versión descafeinada para alcanzar al supuesto público juvenil que juega a la Play; la sordidez, el sexo, la sangre y los juramentos no tienen nada que envidiar al material original. No es que esto lo convierta automáticamente en una serie mejor, pero al menos lo hace diferente a todas las otras series de superhéroes y a casi todas las películas (con la posible y honrosa excepción de Kick-Ass), algo muy importante en un género que empieza a estar superpoblado.

Escrito por Mario Villar

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