Bueno, volvemos a estar aquí… Parece que fue ayer cuando Jax le escupía en la cara a un convalesciente Clay y a lo tonto a lo tonto han pasado nueve meses.
Después de un final de temporada que a mi me gustó pero a más de uno le hizo dentera con todo ese cúmulo de Deus Ex Machina para tapar los agujeros del guión, la temporada 5 de Sons of Anarchy llega con fuerza, no con un episodio acojonante, pero si con un episodio fuerte, de una hora, muy correcto y si, con algún que otro Deus Ex Machina, lo siento chicos. Empieza la fiesta con uno de esos montajes a los que nos tienen acostumbrados los chicos de Kurt Sutter, música sobre imágenes de los diferentes miembros para mostrarnos de una pincelada cuan jodida está su situación. Porque si en la anterior temporada veíamos como se deterioraba SAMCRO en esta todo apunta a que veremos como se descompone el cadáver. Parece como si todos los personajes estuvieran en las últimas, Jax más viejo y demacrado que nunca (su aspecto es lo opuesto al Jax puro de pelo corto de la cuarta), Gemma que nos deja con el culo torcido en su primera escena, Tara y los cigarritos de la risa, pero el mejor es Clay, que después de recibir dos tiros en el pecho pasa de esto
A esto
A lo que iba, después de la bacanal de balas, sangre y saliva que supuso el final de la anterior temporada, ahora le toca a SAMCRO recomponerse y pagar los platos rotos. Jax es el nuevo presidente, está con el agua al cuello y tiene cara como de no saber qué narices tiene que hacer para salir sin un ojete donde antes tenía la cara. Entre lidiar con los Niners -que buscan venganza por lo de Tig y la novia de Laroy-, mantener a los irlandeses contentos para poder hacer el trato y evitar que descubran que está haciendo que todo el mundo mueva el culo para ayudar a la CIA, casi no le da tiempo de cuidar de sus churumbeles y tener a su mujer contenta. En el inicio del capítulo lo vemos convertido en una suerte de John Teller, escribiendo en libretas un diario para sus hijos, Thomas y Abel, para luego ser víctima de un ataque de Laroy y los Niners en plena autopista, mención especial para la canción que suena de fondo, una versión de Higher Ground de Stevie Wonder, canción que ya versionaron los Red Hot Chili Peppers para la mítica película Power Rangers, la Película.
Lo siento, me he andado por las ramas. Jax está jodido, tiene que hacer malabares con los elementos que componen su vida y eso le está deteriorando una barbaridad. Por su lado Gemma no se queda corta. Su realción con Clay no acabó de manera muy diplomática y ahora la pobre se está desfogando. Gracias a ella conocemos a Nero Padilla, interpretado por el gran (en todos los sentidos) Jimmy Smits, una especie de chulo con un negocio muy legal de acompañantes femeninas (pilinguis de lujo, vamos). Un personaje que espero tenga relevancia porque tienen pinta de molar. Esperemos que no haga un Hasselhoff y solo lo veamos en dos episodios.
Al otro lado está Clay, que como ya he comentado antes se ha convertido en una sombra de lo que fue. Clay protagoniza dos momentos verdaderamente geniales en el capítulo. Uno involucra a Gemma y el otro a todos los Sons, este último es especialmente explosivo.
Paralelamente a SAMCRO, los Niners están con el tema de vengar la muerte de la novia de Laroy, hasta que llega el padre de la novia. En el último capítulo ya se nos adelantó que el padre de Veronica Pope, Damon Pope, era el gángster más chungo de Oakland y vaya si lo es. Este tío deja a Zobelle y sus nazis a la altura de unos camorristas de instituto. Como dice Jax “el dedice quien vive y quien muere”.
Sigue el episodio con el funeral de Piney (algo que quedó un poco descolgado) y la vuelta de Bobby Elvis, a modo de favor de la CIA hacia Jax por los servicios que prestará, pero vamos, que nos la cuelan, porque el tema de Otto aquí se toca tan por encima que a penas se menciona y Bobby vuelve tan pancho solo con un “han sido dos semanas muy agitadas” de Jax a su horondo amigo. La gracia está en que como Ope no puede acercarse a SAMCRO por lo de querer ver a Clay muerto y odiar a Jax por estar convirtiéndose en un calzonazos, Bobby pasa a ser el Vicepresidente. Personalmente me hubiese gustado que fuera Chibbs, pero ya tuvo su dosis de protagonismo.
Quedan escasos diez minutos para finalizar el episodio y entonces entra la chicha. En una inteligente jugada de Pope, Tig es capturado por la banda de Oakland y Jax y Chibbs acaban en busca y captura por el asesinato de unos Niners en un tiroteo en la autopista. ¿Dónde esconderse hasta que pasa en vendaval? Gemma tiene la solución, en casa de su nuevo amiguito, Nero Padilla. Yo lo de meter a Jax en una casa llena de jóvenes meretrices, no lo acabo de ver, por lo de la promiscuidad innata en los moteros, pero ¿quién soy yo para discutir con su madre?
Volviendo a Tig… A ver, que Kim Coates no es el mejor actor del mundo, podemos afirmarlo todos, pero hombre, un poco de credibilidad que no sabemos si lloras, si ríes, si te da gustete o si estás perdiendo totalmente el norte. Me explico, Tig atado a una tubería, Pope delante de él, abren una especie de fosa y se ve a la hija de Tig maniatada y desorientada. Tig ve que su hija corre serio peligro y empieza a sufrir de esquizofrenia extrema. Es una pena, en serio, la escena es tremenda pero creo que Coates no sabe bien bien qué hacer y acabas desorientado tú.
Y como es tradición, meten una canción y se despiden de nosotros hasta la semana que viene con una sucesión de imágenes para ver cómo de hechos polvo están todos. Genial ver a Clay intentar ponerse sobre la moto otra vez, o a Tara tan asqueada que ni siquiera quiere atender a su bebé ¡y a Unser! El bueno de Unser, convertido en pagafantas de Gemma, suspirando por su amor, no se espera que vaya a ser él el prota del cliffhanger. A ver cómo explican la paliza y quién narices es el patapalo. ¡Qué de cosas nos esperan chicos!
Escrito por Fran Vázquez
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A ver cómo sale esta quinta criatura. Habrá que esperar.
Será cuestión de confiar en el savoir fère de Kurt y los suyos…
El patapalo es uno de los nuevos sons, se ve cuando los presentan. Ahora a saber por que le pegan la paliza.