IND – Capítulo 1 – El comienzo

Eric era un joven normal y corriente, sin ninguna preocupación, siempre le había atraído eso de lo desconocido pero nunca se había topado realmente con ello. Estaba al borde de pensar que eso no existía, los aliens, los fantasmas o espíritus, agujeros dimensiónales, percepciones extrasensoriales, mutaciones, … Tantas y tantas cosas que él creía que podían existir. Su vida era monótona, iba a trabajar cada mañana, iba a comprar el pan. Aún vivía con sus padres, no era alguien que fuese muy dotado para las relaciones sociales. Era más bien una persona bastante solitaria, no por gusto o sí, le gustaba pensar. Pero estaba perdiendo al parecer su juventud.


En un momento dado Eric se topó literalmente con lo desconocido.
Era un personaje un tanto extraño. Era un anciano, al que le pidió disculpas. El anciano protestó, Eric decidió proseguir su camino, pensando que los viejos tratan a los jóvenes como inútiles. Se giró al creer que le llamaban por su nombre. Se oía «Eric», era la voz de una chica, pero allí no había ni viejo, ni chica.
Asustado corrió a su casa, para tratar de buscar en google, wikipedia o alguna de estas páginas tan abundantes en  internet sobre estos fenómenos. Encontró una extraña página www.ind.es, cuya dirección se ha comprobado que no existe. Pero él afirma haberla visto. Decidió contactar con esa gente. Cogió un autobús que le llevase hasta ese lugar tan remoto. Le habían dado las indicaciones de como llegar desde su casa. Llevaban tiempo vigilándole. Una chica, le saludaba. Era la misma voz. Se llamaba Sara.

Sara: Hola Eric. ¿Qué tal estás?
Eric: ¿Cómo sabes mi nombre?
Sara: Lo sé. Llevo tiempo viéndote en mi mente. Visiones, palabras… Te encontré en facebook para confirmar mis sospechas, para ver si existías realmente y te encontré.

El hombre viejo de antes se acerca.

Viejo: Al fin lo has encontrado, Sara. ¡Ya era hora!
Eric: ¿Cómo ha podido trasladarse por el espacio tiempo?
Viejo: No me he movido. Solamente he accedido a tu mente y así has tenido la sensación de toparte. Manipulación de recuerdos a distancia. Funciona pocas veces. Es una casualidad que nos hayamos topado.
Eric: ¿Y quién es usted? ¿Quienes son?
Viejo: Mi identidad no importa. Mis días se acaban. Pero has de saber, que gracias a nuestra vidente, podemos investigar cosas. Pero, necesitamos gente que haga el trabajo de campo.
Eric: Paso de historias raras.
Viejo: No son raras.
Eric: Oiga, no sé como saben tanto de mí pero…
Viejo: Hay cosas que solamente puedes saberlas tú. Por desgracia, a veces uno ha de toparse con uno mismo para intentar cambiar su propia historia.
Eric: ¿Cambiar su propia historia?
Viejo: ¡Ya he dicho demasiado.

El viejo camina lentamente hacia el interior. Sara, la chica mira a Eric.
Sara: Si decides entrar te contaremos más. Pero, eres libre de irte.

Eric no dudo en ningún momento a irse de ese extraño lugar. Se sentía vigilado, manipulado, estafado. ¿Quién le habría espiado? ¿Cómo han accedido a su información? En facebook tampoco daba tanta información. Pero ese viejo, esa chica..
Las dudas le acechaban, pero la página había desaparecido, ya no podía acceder a ella. Al parecer, ellos deciden si puedes o no puedes acceder a ella. Cosa que él descubriría más tarde. Lo intentó varias veces, fue al lugar para saber más, pero ya no había nadie. ¿Habría sido una especie de alucinación? ¿Se estaría volviendo loco?
Las dudas le acechaban sin cesar.
Al llegar a casa, ya era de noche y era hora de dormir. Naturalmente, le costaba un poco dormir, hasta que finalmente pudo dormirse. Al despertarse estaba en una habitación vieja, bastante improvisada, con su cama y poco más.
Se levantó e intentó abrir la puerta sin éxito. Al parecer le habían encerrado. Eric confuso decidió golpear la puerta. Se abre la puerta y un individuo trajeado se presenta acompañado por un par de matones. Se hace llamar Don Carlo.

Don Carlo: Hola. Eric. ¡Bienvenido a mis instalaciones! Un poco rudimentarias, pero tú época es lo que tiene, estas incomodidades acabaran en el 2012 aunque surgirán otras.
Eric: ¿2012? ¿Qué quiere decir?
Don Carlo: Verás. Es complicado de explicar a alguien que no ha vivido ese gran cambio pero debo retenerte aquí para siempre.
Eric: ¿Para siempre?
Don Carlo: Veras. Unos amigos tuyos quieren retrasar lo inevitable, pero no saben como hacerlo. Y yo lo que quiero es acelerarlo.
Eric: ¿Acelerar el que?

Don Carlo saca un envase que brilla.

Eric: ¿Qué es esto?
Don Carlo: Viene del futuro, en el que la Tierra estará en la cuarta dimensión y una sola partícula de esto puede hacer milagros, aunque naturalmente hay que aislarlo de esta dimensión. Las partículas de la cuarta dimensión no pueden resistir adecuadamente en la tercera dimensión, pero impregnando adecuadamente la Tierra de estas partículas estas pueden asentarse y acelerar las cosas.
Eric: ¿Y para que me necesita aquí?
Don Carlo: ¡Matadle!
Eric: Pero…

Los dos grandullones se acercan a Eric y lo meten contra la pared. Eric estaba asustado, tremendamente asustado ya que veía que su vida acabaría en el momento que Don Carlo cerrase la puerta. Esta ya estaba cerrada.
Los dos grandullones le apuntan con sus armas. ¿Existe salvación posible? La puerta se vuelve a abrir es Sara, la chica de antes. Los grandullones parecen paralizados. Lleva unos guantes extraños que brillan.

Sara: ¡Corre! ¡Cruza la puerta! No puedo mantener todo esto activo tanto rato. ¡Corre!

Eric sin dudarlo un momento cruza la puerta. Se encuentran ambos de nuevo en el lugar de antes. En el que se encontraron.

Viejo: ¿Has podido salvarle?

Sara se saca los guantes y la observa.

Sara: Pero hemos agotado estos guantes de la cuarta dimensión. No vamos a poder hacerlo demasiadas más veces esto.
Eric: ¿De qué habláis?
Viejo: Muchacho. Es hora de que entiendas ciertas cosas. Así que entra en este lugar abandonado.

Eric entra sin dudarlo. Dentro no parece haber nada anormal. Incluso parece que sea como una vivienda okupa.

Eric: No veo nada de extraordinario aquí.
Viejo: Este es mi hogar. No le busques tres patas al gato.
Eric: ¡Bien! ¿Y qué he de hacer?
Viejo: Sentarte, sería lo adecuado. Tal vez en ese sofá viejo que encontramos en la calle te bastará para poder soportar toda la explicación.
Eric: ¡Entendido!
Viejo: ¡Sara! Ve a buscar a Eva entre tanto. Vamos a necesitarla. Y también a ese chico…
Sara: ¿Marc?
Viejo: Eso… Ese chico. Ya, con la edad, apenas puedo acordarme de las cosas. Pero he de impedir perder mi mente. ¡Aún es demasiado pronto!

Sara se aleja en ese momento. Eric confuso observa toda la estancia que no parece tener nada de anormal.

Viejo: Como iba diciendo tanto yo como ese Don Carlo, venimos del futuro. Aunque por razones muy distintas y de formas muy distintas. Él pretende acelerar el proceso hacia la cuarta dimensión, yo retrasarla. Él tiene motivaciones de poder para desarrollar su plan. Hemos traído partículas que se generan en la cuarta dimensión para poderlo usar para cosas que en esta dimensión, la tercera serían imposibles. Yo, personalmente creo que la humanidad no está preparada para la cuarta dimensión y que eso solamente puede llevar al desastre. Eso es lo que sucedió cuando decidí abrir una puerta dimensional a esta dimensión.  La cuarta dimensión más allá de vuestro 2012, es capaz de generar una realidad diferente a la que estáis viviendo ahora.
Eric: ¿Y cómo es que un viejo hace el viaje a esta dimensión?
Viejo: Eso es porque crees que soy un viejo por mi apariencia actual, pero eso fue obra de Don Carlo, aunque naturalmente fui más vulnerable a él por haber cruzado a esta dimensión sin protección. Además estos guantes los tuve que diseñar y llevar desde la cuarta dimensión a esta para poder ralentizar el paso a la cuarta dimensión de este planeta. Esos invasores de el golfo de Somalia o por ahí no son alienígenas o seres interdimensionales. Si no humanos que proceden de la cuarta dimensión, de mi época.  Trabajan para el loco ese que se hace llamar el Amo, que es quién nos gobierna.
Eric: ¿Y que pinto yo en todo esto?
Viejo: La verdad, es que es por Sara que te hemos buscado. Si fuera por mi…

El viejo se aleja confuso, asustado.

Viejo: ¡Dejadme en paz! Yo no he hecho nada aún. ¿Queréis dejarme en paz?
Eric: ¿Señor?
Viejo: ¡Largo de aquí, seas quien seas!

Sara llega en ese momento acompañado por un chico que parece bastante más fuerte que él.

Marc: ¿Ya vuelve a perder el juicio?
Sara: Ya nos lo contó. Perderá el juicio completamente tarde o temprano. Lo que le hizo Don Carlo fue…
Eric: ¿Y esos guantes no podrían curarle?
Sara: Ya se intentó. Pero necesitamos un sanador o una sanadora.
Eric: ¿Y dónde…?

Marc se acerca a Eric y le entrega unos guantes.

Marc: Prueba tú. Todos lo hemos probado, pero con ninguno de nosotros ha funcionado. Tal vez sea hora de ver si tú puedes provocarlo.
Eric: ¿Y qué hacen estos guantes concretamente?
Marc: Te hace entrar en las dinámicas de la cuarta dimensión o algo así.
Eric: ¿Y no será peligroso?
Marc: El viejo creó un sistema de protección para nosotros. No te preocupes por eso.

Eric se pone los guantes y se acerca al viejo. Lo mira fijamente e intenta con sus manos sanarlo pero el viejo en lugar de curarse, se desmaya. Eric se quita los guantes y todos corren a asistir al viejo.

Marc: ¿Qué has hecho?

Marc saca su pistola amenazando a Eric.

Sara: ¡Déjale! No es su culpa.

El cuerpo del viejo en cambio brilla.

Marc: ¿Qué es lo que pasa?
Sara: Será mejor alejarnos y esperar afuera.

Los tres se van hacia afuera, dónde se topan con otra chica, es Eva.

Eva: ¿Qué pasa? ¿Para qué me habéis llamado? ¿Ese es el tal Eric?
Eric: Sí, eso parece. Creo que la he fastidiado en mi primer contacto.
Eva: O tal vez no. Las apuestas sinceramente están 2 a 2. Los únicos que creemos que podías curar al viejo soy yo y Sara. El viejo y Marc siempre dudaron de ti. Veremos quien gana la apuesta.

Se sentaron a esperar varias horas, conversando de como llegaron todos a conocer a ese viejo. Pero la narración de dicha historia se vio interrumpida por la aparición de un joven que vestido con los ropajes del viejo salía de la sala. Se hace llamar Juan.

Juan: Al parecer Sara y Eva tenían razón. Me ha curado este muchacho. No pensaba que podrías controlar los guantes para sanar. Eso nos podría ser útil. Pero entre Sara empatica, Eric sanador y Eva vidente, además de Marc nuestro experto en seguridad creo que podemos llevar a cabo todo esto.
Eric: ¿El que?
Juan: Yo soy científico, así que puedo ser útil también.

Los cinco se dirigen hacia la parada de autobús más cercana, en ese momento Juan recuerda de que no tiene abono para el autobús, pero por suerte Sara había previsto esta situación así que compró un abono para los cinco poderlo tomar. Los cinco se sientan en el fondo del autobús para poder hablar tranquilamente. Un hombre con un traje oscuro entra en el autobús y se coloca en la parte delantera del autobús con la mirada fija en ellos y activando un artefacto extraño en forma de caracola pequeña que emite una luz similar a las de los guantes o de lo que estaba en ese pote que Don Carlo mostraba.

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Frederick Engel

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