El pasado día 9, gracias a Sensacine, pudimos asistir al preestreno de Rey Gitano. No recuerdo haber visto que fuera anunciada la presencia de director y actores, así que para mí fue una grata sorpresa cuando salieron a presentar la película Juanma Bajo Ulloa, Karra Elejalde, Manuel Manquiña y Arturo Valls; sobre todo cuando Manuel acabó su presentación con una de las frases míticas de su personaje de Airbag.
Airbag fue una auténtica rareza en el panorama del cine nacional: un enorme éxito de crítica y sobre todo público, que además trufó el lenguaje popular de unas cuantas expresiones que se extendieron como la pólvora. Rey Gitano claramente es su sucesora espiritual y trata de repetir la jugada: no sólo por tener a los mismos protagonistas (además de los mencionados Manquiña y Elejalde, no podemos olvidar a toda una institución de nuestras pantallas como es Rosa María Sardá, o al omnipresente Santiago Segura), sino por unos cuantos elementos comunes como son la trama vertiginosa y alocada, el consumo accidental de drogas, el repaso a no pocos tópicos de nuestro país, o los denodados intentos por volver a acuñar expresiones populares, construidas a base de utilizar palabras de forma equivocada.
Pero Rey Gitano no se limita a aplicar de nuevo la misma fórmula, sino que añade unos cuantas novedades. Para empezar hay incorporaciones en el reparto, procedentes casi todas de la televisión: el ya mencionado Arturo Valls, la hermanísima María León, y nuestro mito escénico Charo López. Alguna recientísima tendencia hace su aparición para recordarnos que estamos en 2015, como por ejemplo la pasión de las chicas de moda por los selfies en momentos inoportunos. También parece sacado de los titulares el hecho de que la trama gire alrededor de nuestra familia real, y nos escandaliza levemente el atrevimiento con el que tratan a estos personajes reales (yuk yuk). Por último, en todo el metraje está presente un nivel de escatología que no recuerdo en su antecesora, aunque quizá lo haya olvidado felizmente.
He de decir que los resultados no me han convencido demasiado. Precisamente porque ya existe Airbag, casi nada en Rey Gitano resulta tan fresco y sorprendente como lo fue aquélla, y las novedades no me han aportado gran cosa. Aunque probablemente sí funcionen con quien esté menos desconectado que yo de la realidad televisiva nacional. Podéis darle una oportunidad si tenéis buen recuerdo de Airbag, quizá encaje con vuestro sentido del humor más que con el mío.
Escrito por Mario Villar
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