Antes de empezar, me gustaría dar las gracias a Serie Fanatic y Sensacine por darme la oportunidad no sólo de asistir al preestreno de esta película, sino de contaros mis impresiones al respecto. Y también confesar que estuve a punto de ir a verla sin demasiada información, o mejor dicho, con la información equivocada. Y es que a pesar de haber seguido por las redes sociales toda la promoción, por alguna razón que no acabo de comprender, mi cerebro había procesado que se trata de un filme de animación al que Jackman (Lobezno, X Men) y Egerton (Kingsman) sólo prestaban su voz. ¡Imaginaos mi sorpresa al ver el tráiler! Un tráiler, por cierto, que es de los que prácticamente te destripa la película, pero al tratarse de un biopic, supongo que tampoco importa tanto.
Pasado el cortocircuito neuronal inicial, pasemos a hablar de la película. Eddie el águila está basada en la historia real de Eddie Edwards (Taron Egerton), un joven británico torpón, desgarbado y con problemas en las rodillas desde niño, que sueña con ir a unas Olimpiadas, y al que todo el mundo le dice que “no puede y no lo conseguirá” (Edwards se convirtió en el primer saltador de esquí británico desde 1929). Para intentar hacer realidad su sueño contará con la colaboración de Bronson Peavy (Hugh Jackman), un ex saltador venido a menos que ahoga sus frustraciones en alcohol y cuyo apoyo será de gran ayuda para Eddie. También resultará crucial la actitud de los padres de Eddie respecto al sueño imposible de su hijo.
Nos encontramos antes una película bien hilvanada cuyo peso recae en la interpretación de Egerton. Si como yo, vais a verla por Hugh Jackman, avisaros que no hace acto de aparición hasta mitad de la misma. Sin grandes artificios, vemos una película que a ratos nos recuerda el espíritu de Forrest Gump, a ratos a Dirty Dancing y que consigue lo que se propone: que te metas de tal manera en ella que cuando Eddie salta, tú lo hagas con él y que sus caídas te duelan cómo si fueras tú el que las ha sufrido (aunque sin llegar al extremo del suicido de Javert en Les Misérables de Tom Hopper).
La película, que mezcla en algunos momentos las imágenes de ficción con las imágenes reales de lo que sucedido en Calgary, como el discurso de clausura de Juan Antonio Samaranch en el que dijo “algunos habéis volado como águilas” en clara referencia al protagonista de la historia, muestra muy bien el espíritu de superación de alguien en cuyas posibilidades nadie confía. Pero que lucha por demostrar que se equivocan. Y todo esto lo hace sin necesidad de recurrir a la lágrima fácil ni a la ñoñeria.
Fui a verla sin grandes expectativas y la verdad es que me ha sorprendido mucho. Mi recomendación es que la veáis. Es entretenida, tiene sus momentos de humor y os hará disfrutar.
Para terminar, os dejo con el leiv motiv de la película:
«Lo más importante no es ganar, si no participar.
Lo importante en la vida no es el triunfo, si no el esfuerzo.”
Pierre de Coubertain.
Valoración
Escrito por Lourdes Palma Ortiz
Latest posts by Lourdes Palma Ortiz (see all)
- Preestreno 3ª temporada de El Ministerio del Tiempo - 9 mayo, 2017