Review Sons of Anarchy 4×14

Ya está. Se acabó. Nos podemos considerar afortunados de haber podido acabar la temporada sin haber sufrido más de un paro cardíaco. Sons of Anarchy ha cerrado lo que considero su mejor temporada hasta la fecha. Y lo ha hecho de una manera que jamás me hubiese imaginado por la dirección en que apuntaban los tiros. Kurt Sutter se ha sacado de la manga un cierre genial, épico, soberbio y sorprendente, se mire por donde se mire.

A juzgar por donde estaba yendo la acción en esta cuarta temporada, era fácil pensar que la espiral de degeneración y autodestrucción en que había entrado SAMCRO, con lo del cartel, las drogas y la guerra interna, acabaría en una orgía de tiros, muertes y con el club reducido a la mitad. Al menos es a lo que nos había acostumbrado esta serie, cuyos finales siempre eran un estallido de acción. Pues bien, después de acumular una tensión extrema, llega el bueno de Kurt y nos brinda un final cargado de tensión, que liga perfectamente con esa futura y maravillosa quinta temporada que nos espera pero sin disparar ni una sola bala. Tal vez a algunos les haya decepcionado o se hayan quedado con ganas de sangre, a mi me ha parecido BRILLANTE. Dicho esto, entremos en materia.

Manos a la obra

El Episodio empieza con la reunión entre el cartel de Galindo y la IRA, o al menos con los preparativos. Todos están apunto, los Sons, los irlandeses y, por supuesto, Lincoln Potter con su macrooperación para ventilarse de una tajada a cuatro organizaciones criminales. Y la primera sorpresa de la noche la da Romeo Parada revelando su auténtica identidad y dando al traste con toda la operación RICO que Potter había preparado tan meticulosamente. Sutter nos acaba de eliminar la primera amenaza que tenía SAMCRO esta temporada de una manera, como he dicho, sutil y sorprendente, un muy buen giro de guión que ayuda a introducir el enemigo a batir en la siguiente temporada y lo ha hecho sin que ruede ninguna cabeza.

Después de los créditos iniciales, la acción se traslada al bando de los Sons cuando reciben a la IRA. De nuevo otra resolución impecable al asunto de la reunión entre cartel e irlandeses. Con todo el asunto del ataque a Clay, y su posterior hospitalización, es lógico que la IRA desconfíe de todo el asunto. Y lejos de iniciar un tiroteo a tres bandas o de liarse a puñetazos, la reunión se pospone hasta que Clay vuelva a estar funcional. Lejos queda el modus operandi de SAMCRO de resolver las cosas a balazos y se nota en como Chibs detiene a Jax. Saben que no les conviene iniciar más guerras ni hacerse con más enemigos de los que ya tienen.

Por otra parte, Jax, a solas con Romeo se entera de todo el percal, de por qué los federales no irrumpieron en la reunión, de los verdaderos planes que tenían con Tara en su intento de “liquidarla” y de lo que va a tener que hacer ahora para, de alguna manera, devolverles el favor. Ahora Jax está más contra la espada y la pared que nunca. Debe quedarse en el club para controlar a Clay hasta que acabe la reunión IRA-Galindo, de lo contrario, el club explota y se lleva a todos por delante. De nada sirve que Jax suplique “No somos camellos ni grandes traficantes de armas”, si quiere sobrevivir deberá pasar por el aro y hacer que se cierre el trato.

Solo ante el peligro

Paralelamente, en el lado de la ley y el orden, Lincoln se dispone a zanjar el asuntillo de Juice y su pasado comprometido. En una entrañable conversación con Roosevelt, nos damos cuenta que en el fondo Lincoln no es más diferente que SAMCRO. Ambos son peleles al servicio de alguien mayor que usa su fuerza para aprovecharse de ellos. Potter, que aún se guarda una sorpresa más en este episodio, entrega el informe sobre el padre de Juice a Roosvelt para que se lo dé y pueda salir libre y sin cargos. Tal vez la resolución de este problema si que me haya decepcionado un poco, si bien está zanjado de manera acorde con la tónica general del episodio, he echado en falta alguna triquiñuela del club, de esas que dejaban con cara de bobo a la policía de Charming. No obstante, no me cargaré el capítulo solo por esto, sobretodo por lo que viene después.

Y es que Lincoln es mucho Lincoln. Una de las amenazas que había esta temporada era la construcción de Charming Heights, a cargo del hermano de Hale y nuevo alcalde de Charming. Bien, el tema no se había tocado mucho durante la temporada y en este último capítulo se cierra de manera gloriosa, con Lincoln entrando en el juzgado y vaciando una bolsa de juguetes sexuales sobre la mesa. Vale que parece un Deus Ex Machina como una catedral, pero es simple, efectivo y, sobretodo, divertido.

Después de esto, viene lo bueno. Jax visita a Clay en el hospital o “la mejor escena desde Opie habla con Stahl en el coche”. Jax es una mezcla explosiva de ira, rabia, asco, impotencia y cualquier adjetivo que queráis poner. Puede explotar en cualquier momento o puede mantener la compostura y jugar con Clay a su antojo porque, si Romeo lo tiene a Jax por los testículos, él tiene a Clay. Una parte de mi deseaba ver a Jax inyectarle el contenido de la jeringuilla letal a Clay, otra estaba disfrutando como un cerdo en un charco viendo a Jackie Boy acojonando a Clay con el cuchillo. Ante la temerosa mirada del presidente, Jax le cuenta los planes de futuro, ahora será el que llevará las riendas, se acabó dirigir el club a su antojo. Por fin, el mazo ha cambiado de mano. Y que mejor manera de acabar la conversación que haciendo lo que muchos hubiésemos deseado hacerle a Clay esta temporada. Ese acto de desprecio absoluto, la manera en como se queda Clay postrado en la cama, abrazando su chupa mutilada, finalmente, parece que alguien ha conseguido domar al tigre y pobre que se le ocurra tomar represalias porque Jax ya va lo suficientemente calentito como para aguantar más chorradas.

Siguiendo con Jax, éste recibe la visita de Ope, desaparecido en un capítulo donde todos “desenfocan” su presencia en pos del príncipe de SAMCRO. Me hubiese gustado una reconciliación en toda regla, que Jackie y Opie volviesen a ser lo que una vez fueron y que ambos se unieran para dirigir el club, pero me da a mi que esto va a tener que esperar, Ope ha sufrido lo indecible por culpa del club, lo ha perdido casi todo y dudo que tenga muchas ganas de atarse a él de la manera que lo haría si aceptase la oferta de Jax.

Antes de entrar en la recta final, se nos descubre un dato más que interesante. Y es que la salida de tono de Tig en el anterior capítulo, cuando atentó contra Laroy, matando a su novia en el proceso, puede causar más problemas de los que parecía a simple vista. Que ese hecho desencadenaría una guerra entre Niners y Sons, era predecible, lo que no sabíamos es que el bueno de Tig mató a la chica que no debía, y sino que se lo digan en el futuro cuando Damon Pope y la mafia de Oakland vengan a picarle a la puerta.

La que se viene encima

Dicho esto, el capítulo (que se me hizo tremendamente corto) se acaba, y lo hace como nos tiene acostumbrados, de manera genial. Empieza con Jax y Tara, en la habitación de Abel, ambos venidos abajo. Jax, que ha contado todo a Tara, pese a que no debía BAJO NINGÚN CONCEPTO, no puede hacer más que romper a llorar, quiere irse, pero no puede, “una cosa es abandonar el club, otra es dejar que muera”. Tara, por su parte, observa impotente como Charming, el club, el cartel encadenan a su marido y no tienen pensado liberarlo. Saben que es suyo, pero aún así, no lo dejarán salir.

Y Como siempre, la secuencia final. Una canción, House of rising sun, tocada por Bobby en la celda (brutal), mientras la cámara se aleja de él, abandonándolo a su suerte. Luego, el resto, Clay en el hospital, Gemma quemando su vínculo a la muerte de John Teller, Juice eliminando su comprometido pasado. Jax conduciendo su harley, sin casco, fumando un cigarrilo, mientras el sol se pone en el horizonte. Unser, en casa de Gemma, con un porro en una mano y una jarra de cerveza en la otra. Y vuelve a Jax, que después de esconder las cartas de JT, entra en el club, donde todos le esperan. Se sienta en la mesa, junto al mazo, relega a Tig de su puesto de mano derecha y espera a que estén todos sentados. Por fin el príncipe se convierte en rey.

Y Sons of Anarchy se despide de nosotros con un plano tan solemne como genial. Gracias!

The following two tabs change content below.

• Bio
• Latest Posts

Escrito por Fran Vázquez

Latest posts by Fran Vázquez (see all)

• 32 Salón del Cómic de Barcelona, preparando para ignición - 1 mayo, 2014