Crítica de El Ministerio del Tiempo (episodio piloto)

El Ministerio del Tiempo

La industria televisiva nacional goza de razonablemente buena salud en cuanto al ritmo y número de producciones; pero es verdad que la calidad no siempre acompaña, y en el afán por contentar por igual a todo tipo de públicos, las propuestas rara vez se aventuran más allá de las típicas comedias, dramas o policíacos. Por tanto, el anuncio de una nueva serie de Televisión Española sobre viajes en el tiempo causó una enorme expectación, pero también cierta preocupación por si iba a quedarse en otra de esas ideas con posibilidades que se desperdician a causa de los vicios perpetuos de nuestras series.

La situación que plantea El Ministerio del Tiempo, dentro de lo manido que está el tema de viajes temporales, es bastante original: existen una serie de puertas que permiten viajar a otras épocas, una institución del Gobierno de España que las controla desde los años de los Reyes Católicos, y una serie de funcionarios reclutados de entre todas las épocas que se encargan de vigilar que ningún acontecimiento imprevisto altere el curso de la historia tal como la conocemos. Así, tenemos una serie de aventuras en diferentes momentos de la historia de España, arreglando entuertos que pueden, o no, estar causados por un grupo de funcionarios renegados; y una serie de personajes que, al final del día, son trabajadores públicos que sólo desean volver a su casa (y su tiempo) y también sufren los omnipresentes recortes.

Julián, Amelia y Alonso se preparan para su primera misión

En el reparto tenemos unas cuantas caras conocidas, de la televisión sobre todo. Rodolfo Sancho procede directamente del enorme éxito Isabel; a Aura Garrido la hemos visto en Crematorio o El Capitán Alatriste; Nacho Fresneda es uno de los pilares de Hospital Central; y Cayetana Guillén Cuervo pertenece a una de las más ilustres estirpes actorales de nuestros escenarios. Uno de los problemas habituales de la televisión nacional es un nivel de actuación bastante pobre, así que es digno de celebrar que la mayoría de los intérpretes del Ministerio del Tiempo se muevan entre lo decente y lo realmente bueno, sobre todo Aura y Nacho.

El despliegue de medios quizá no sea el que nos tiene acostumbrados la ficción de género anglosajona, pero es más que adecuado. Se nota un significativo esfuerzo por conseguir que la ambientación de las diferentes épocas sea convincente; el aspecto del ministerio es tan austero como corresponde a una sede de la Administración española, lo opuesto a lo que uno imaginaría ser el centro neurálgico de los viajes en el tiempo; pero esto contibuye a crear un contraste muy divertido. Porque otro de los puntos fuertes de la serie es, sin duda, el sentido del humor que la tiñe de principio a fin. No sólo por los previsibles anacronismos, sino por las bromas sobre el carácter de servicio público de los personajes, y el buen uso que hace de los referentes locales y de actualidad (mi favorito es el cameo de los Gemelos Rockeros de la Gran Vía).

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Doctor Who

 

  • Calidad - las actuaciones y la ambientación están bastante por encima de la media nacional. - 8/10
    8/10
  • Entretenimiento - la historia nos empuja a ver más y el humor nos maniene con la sonrisa en la boca durante todo el capítulo. - 8.5/10
    8.5/10
  • Ritmo - aunque ligeramente lastrado por el requisito impenitente de llegar a los 70 minutos, el desarrollo de la historia es lo suficientemente ágil. - 7.5/10
    7.5/10
  • Chicas sexys - Amelia y Maite son deslumbrantes; varias de las secundarias son deliciosamente voluptuosas. - 9/10
    9/10
  • Chicos sexys - los protagonistas no están mal si te va el estilo rudo, supongo. Pero Lope, ay ese Lope... - 7.5/10
    7.5/10

Resumen

Me alegra decir que, en su mayoría, los miedos eran infundados: El Ministerio del Tiempo es una serie de género muy digna y muy disfrutable. Os la recomendamos sin reservas.

8.1/10
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Mario Villar

Escrito por Mario Villar

Descubrí las series de calidad con aquellas noches de Soprano + Sexo en Nueva York de Canal+, pero han sido los DVDs e Internet lo que me han convertido en serieadicto empedernido.
Mario Villar

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Comentarios

  1. La verdad es que es una buena serie. A mi me está gustando mucho. Tiene puntazos de humor bastante buenos (Me gustó especialmente el momento Rosendo y el homenaje al personaje de Curro Jimenez).
    Sólo discreto contigo en una cosa, el guapo no es Victor Clavijo, ni mucho menos, es Rodolfo Sancho (Decir que siempre me ha resultado atractivo, es mucho más que un 7,5!!, jajajaja).
    Mención especial para Nacho Fresneda, que a nivel estatal es conocido por Urgencias, pero que en Catalunya hace muchos años que sale en varios seriales, y ha interpretado varios personajes de lo más variopintos…como en el Ministerio del Tiempo.

    • Mario Villar Mario Villar dice:

      Jajaja, gracias por la aportación. Es verdad que cuando repasé los trabajos de Nacho vi un montón de series catalanas, pero claro, no me sonaba ninguna. :/ Algún día me tenéis que recomendar unas cuantas!

  2. Frederick Engel dice:

    Gracias por la crítica tan trabajada y que hace que dude de si ver o no esta serie…

    Aunque hay que cambiar un concepto en mi opinión en el texto:

    Farandula, es un término despectivo usado durante el franquismo y como alguién involucrado en las artes escénicas que hoy, creo necesario cambiarlo por otro término: escena o nuestras escenas o nuestros escenarios sería lo más apropiado que farandula.

    Fuente Wikipedia sobre el uso despectivo que se hace con esce concepto: Uso despectivo
    Farándula y «famoseo»

    Con carácter despectivo, «farándula» se ha asociado en ocasiones a los círculos de famosos o celebridades (utilizado muy frecuentemente en inglés -celebrity-) cuya vida privada es objeto de atención de los medios de comunicación de masas, especialmente de la denominada prensa del corazón, que se centra en el mundo de los negocios y del espectáculo: las artes escénicas, la música (especialmente la música popular), el cine, la televisión, el deporte (especialmente el deporte-espectáculo), la tauromaquia, o la vida social que presente algún tipo de característica destacada o atractiva tanto en lo positivo (riqueza, poder, nobleza, belleza) como en lo negativo (escándalos de naturaleza afectiva, sexual o financiera, vicios, drogadicción, etc.), hasta llegar a lo morboso y extravagante (friki, del inglés freak) o el encumbramiento mediático de personas anónimas por el propio hecho autorreferencial de aparecer en los medios de comunicación de forma más o menos efímera. Un ejemplo televisivo de este fenómeno sociológico pueden considerarse las tertulias de chismorreo («faranduolo Berlusconi») en las que famosos ‘de medio pelo’ arremeten contra famosos ‘oficiales’. Fenómeno de tan intenso reflejo público que ha llegado a despertar el interés no solo de algunos círculos periodísticos, sino incluso de estudios de análisis de medios.7

    Una reflexión cinematográfica en torno al mencionado ‘famoseo’, en versión italiana y con indiscutible nivel intelectual, puede apreciarse en la obra de Federico Fellini La dolce vita (1960).8

    • Mario Villar Mario Villar dice:

      ¡Gracias por tu aportación! La verdad es que no tenía para nada en mente esa connotación de la palabra, pero ya veo que su uso ha evolucionado así (además de la Wikipedia que citas, la RAE también recoge la acepción despectiva) y no es en absoluto lo que quería decir. ¡Eso que he aprendido hoy! Le daré una revisión 🙂

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